El edificio hace parte de la propuesta desarrollada para el concurso público de anteproyecto para el CEFE, o Centro de la Felicidad para la localidad de Chapinero, el cual, junto con otros de su tipo localizados en distintos sectores de la ciudad, da forma a una iniciativa desarrollada por la Alcaldía de Bogotá, que, en concordancia con el Plan Distrital de Desarrollo, busca fortalecer la infraestructura deportiva, recreativa y cultural de la ciudad. El predio en el que se desarrolla la propuesta está ubicado en la carrera 11 con calle 82, su área de incidencia comprende más de 57 instituciones de educación superior e innumerables empresas, lo que configura un sector con una amplia afluencia de población flotante.

El proyecto está planteado en 9 niveles en altura y un sótano, en los cuales se desarrolla un programa compuesto por 698 m² de áreas recreativas, 1743 m² de áreas deportivas y 1472 m² de áreas culturales, complementadas con espacios administrativos y sus respectivas áreas técnicas, para un total de 9600 m². El área del predio que ocupa el edificio es de 1790 m², de los cuales, por conceptos de ocupación y aislamientos, se utilizaron 990 m². La propuesta parte del concepto de stocking o apilamiento, en donde las diferentes actividades que propone el programa fueron dispuestas de manera horizontal, de forma organizada y coherente. De esta manera, y con el fin de facilitar el acceso desde la calle, se localizaron los espacios culturales, recreativos y administrativos, como auditorios, restaurante, galerías, aulas y talleres, en los primeros niveles, y espacios deportivos, como el polideportivo, el gimnasio y la piscina, en los pisos superiores, con el fin de aislarlos y dotarlos de la privacidad que estos requieren. En los sótanos y alrededor de los puntos fijos, se localizaron las áreas de servicio y mantenimiento, y se dispuso una escalera en fachada cuya función es la de generar un recorrido por cada uno de los espacios del edificio.

La edificación en sí misma es un volumen rectangular, horadado en uno de sus costados con el fin de romper la tensión de la esquina y entablar un diálogo con el referente comercial más importante del sector. A partir de esto, se desarrolló una membrana que perpetuara la idea introspectiva de un todo como volumen, y que, al mismo tiempo, proveyera la sensación de apertura y de levedad propia de un edificio público. Para esto, se dispuso una serie de elementos metálicos inclinados de manera aleatoria, soportados sobre las placas de entrepiso que envuelven el volumen y a que, a su vez, enfatizan la idea de apilamiento con que está constituido el edificio al variar entre doble altura y alturas sencillas.