La importancia de expresar mediante la arquitectura el patrimonio histórico y la identidad institucional, además de integrar la simbología existente (memoria) mediante la casa Uniandinos exige  adentrarse en los terrenos de lo análogo como herramienta de síntesis y análisis. Para esto, se desarrolló un concepto universal, basado en el precepto de que Uniandinos, ante todo, es una entidad con origen en la academia, cuyo fin principal es fortalecer y promover los vínculos (redes) entre los exalumnos de la Universidad. Para esto, la analogía del árbol resultó ser idónea, en donde el origen que es el suelo sería la Universidad, las raíces serían la memoria histórica y el imaginario de Uniandinos; el tronco, la estructura administrativa y física; las ramas, los capítulos; las ramillas, las redes entre los miembros; las hojas, los miembros, y los frutos serían el aporte de la asociación en la sociedad.  Mediante este símil, se superpuso la analogía del árbol  y las redes que este simboliza a cada una de las partes del edificio y su funcionalidad. La conexión entre la casa (el pasado) y la nueva edificación se identificó como una conexión en el tiempo que es intangible, pero existe, por tanto, no se debe ver. Para esto se mimetiza con las raíces, alimentando la edificación y  dando paso a una conexión invisible y privada.